jueves, 27 de octubre de 2011

La Puerta

En una ciudad a la que se llamaba, precisamente, la ciudad de los locos, había ido a parar un derviche, que solía salir a caminar por las mañanas. Un día de esos vió a una mujer que llevaba a la espalda una pesada puerta.
- ¿Por qué vas tan cargada? – preguntó
- Porque esta mañana, al salir a trabajar, mi marido me ha dicho: “Hay objetos de valor en casa. Que nadie pase por esa puerta”. Y por eso, al salir, me he llevado la puerta conmigo. Para que nadie pueda pasar por ella.
- ¿Quieres – le propuso el derviche – que te diga una cosa para que no tengas que cargar con esa puerta?
- No – contestó ella – Lo único que podría ayudarme es saber cómo hacer esta puerta menos pesada.
-Eso no puedo decirtelo – contestó el serviche.
Y se separaron.
El maestro dice que a veces, la solución a nuestros problemas, está en saber escuchar a otros y mirar las cosas desde otra perspectiva